INFORMACIÓN PARA PACIENTES
(adaptado de European Association of Urology – Patient Information)
¿QUÉ ES EL CÁNCER RENAL?
El cáncer renal es un crecimiento anómalo (maligno) de células del riñón. El término médico es el de “carcinoma renal”. En otros casos este crecimiento tumoral puede ser benigno (no canceroso).
El cáncer renal representa aproximadamente el 2% de todos los cánceres diagnosticados en el mundo. En las últimas dos décadas, el número total de casos diagnosticados ha aumentado ligeramente, pero la tasa de supervivencia también ha aumentado en la mayoría de países. Debido al aumento del uso y la mejora tecnológica de pruebas como la Ecografía y la Tomografía Computarizada (TC, también conocido como escáner), ahora se diagnostican muchos casos de cáncer renal en fases tempranas.
Los hombres tiene más probabilidad de padecerlo que las mujeres. En la mayoría de casos se diagnostican entre los 60 y los 70 años de edad.
ESTADIOS DEL CÁNCER RENAL
Hay diferentes estadios de cáncer renal. Si el tumor está limitado al riñón y no se ha extendido, se le denomina “cáncer renal localizado”. En el caso del “cáncer renal localmente avanzado”, el tumor ha crecido más allá del propio riñón afectando a tejidos vecinos e invadiendo venas, glándula suprarrenal o ganglios linfáticos cercanos. Cuando se habla de “enfermedad metastásica” quiere decir que la enfermedad se ha diseminado a ganglios linfáticos distantes o a otros órganos.
FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER RENAL
Las causas de cáncer renal son frecuentemente difíciles de determinar. Los factores más generales son el hábito de fumar y la obesidad.
Tener un familiar de primer grado con cáncer renal y la hipertensión arterial son también potenciales factores de riesgo. Algunos cambios en el estilo de vida, principalmente dejar de fumar y mantener un peso saludable, pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar un cáncer renal
¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE LOS RIÑONES?
Los riñones son órganos pares (hay uno a cada lado), situados en la parte posterior (atrás) del abdomen que filtran la sangre para producir orina. Son importantes para diversos procesos en el organismo, incluyendo la regulación de la presión arterial, la producción de células sanguíneas y ayudan a mantener sanos tus huesos.
SÍNTOMAS
En la mayoría de los casos es asintomático, lo que quiere decir que no produce ningún síntoma claro que haga sospecharlo. La mayoría de tumores renales se diagnostican durante ecografías u otras pruebas de imagen de rutina realizadas por otros motivos, como dolores abdominales o de espalda.
Aproximadamente, 1 de cada 10 casos, produce síntomas como dolor en un lateral del abdomen, sensación de masa en el abdomen o sangre en la orina. Estos síntomas pueden significar que la enfermedad se encuentra en estado avanzado. Algunas personas pueden experimentar lo que se denomina “síndrome paraneoplásico”, que son debidas a reacciones del organismo ante cualquier tipo de cáncer y pueden incluir anemia, hipertensión arterial, pérdida de peso, fiebre sin causa justificada, pérdida de masa muscular y pérdida de apetito. Los casos asociados al cáncer renal suele incluir alteraciones como cambios de enzimas hepáticas y plaquetas. Estos cambios son usualmente diagnosticados mediante análisis de sangre y normalmente tampoco producen síntomas.
El dolor en los huesos o la tos persistente pueden ser signos de que el tumor se ha diseminado por el organismo.
DIAGNÓSTICO
Debido a que existen diferentes tipos de tumores renales, el médico realiza una serie de pruebas para conocer mejor su situación concreta. Estas pruebas incluyen una historia clínica, pruebas de laboratorio y radiológicas. El escáner (TC) o la resonancia magnética (RMN) mostrarán el tamaño del tumor y si ha invadido venas, ganglios linfáticos cercanos u órganos vecinos. Su médico también puede realizar una exploración física y realizarle analíticas de sangre o de orina.
Con el resultado de TC, el urólogo puede definir el estadio de la enfermedad. A través del análisis del tejido de tumor, ya sea remitido tras la operación o mediante una biopsia, el patólogo determinará el subtipo de tumor y si se trata o no de una forma agresiva. El estadio, el subtipo y la agresividad del tumor determinarán su clasificación.
Esta clasificación de cáncer renal se usa para estimar el pronóstico en cada caso individual. En base a este pronóstico individual, su urólogo considerará cuál es la mejor opción de tratamiento en su caso.
En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas adicionales para conocer su función renal. Estos es importante si usted tiene un sólo riñón o si tiene riesgo de padecer un fallo renal debido a que padezca diabetes, hipertensión arterial, infecciones crónicas o una enfermedad renal previa.
La pruebas radiológicas, o pruebas de imagen, son importantes para el diagnóstico y clasificación del cáncer renal. Los pruebas más comunes son la ecografía, el escáner (TC) y la resonancia magnética. En algunos casos se realiza una biopsia para obtener más información sobre las características específicas del tumor.
Escáner o TC con contraste
Después de detectarse un tumor, el médico necesita saber si se trata de una lesión maligna. La ecografía con potenciado, el TC con contraste y la resonancia magnética (RMN) del abdomen y la pelvis proporcionan esta información. El TC y la RMN también pueden mostrar:
- La localización y el tamaño del tumor.
- Si hay, o no, aumento de tamaño de los ganglios linfáticos (esto se denomina “adenopatía”).
- Si ha habido, o no, extensión de la enfermedad hacia órganos vecinos, como la glándulas suprarrenal, el hígado, el bazo el páncreas.
- Si el tracto urinario se encuentra afectado por el tumor.
Para realizar el TC con contraste se administra un medio de contraste directamente en una vena a través de una vía, colocada normalmente en un brazo. Este medio de contraste realza sus venas y arterias, dándoles un color diferente en las imágenes tomadas durante la prueba. Este tipo de prueba permite al radiólogo analizar el tumor. El resultado guiará el tratamiento que usted reciba.
Si usted es alérgico a los medios de contraste, se realizará una RMN o un TC sin contraste.
Si su médico cree que la enfermedad ha podido afectar a los pulmones serán necesarias otras pruebas como el TC del tórax. También puede ser necesario un escáner óseo (o prueba de gammagrafía) o un TC del cráneo si usted padece síntomas como el dolor óseo o crisis epilépticas.
Biopsia del tumor
Cuando se realiza una biopsia de un tumor renal se pueden tomar una o más muestras de tejido. En primer lugar, se administra anestesia local. Después, el médico introduce una aguja a través de la piel y utiliza ecografía o TC para localizar el tumor. Las muestras de tejido del tumor las analizará el patólogo (o especialista en anatomía patológica), para ayudar a determinar el futuro tratamiento.
La biopsia renal no es un procedimiento estándar en el diagnóstico del cáncer renal. Usted puede necesitar una biopsia en algunos casos:
- Cuando el resultado de las pruebas radiológicas no son suficientemente claras.
- Si el tumor detectado es pequeño y puede ser manejado mediante vigilancia activa (es una forma de tratamiento en la que su médico monitorizará activamente su tumor y su crecimiento, mediante un estricto calendario de revisiones con las pruebas necesarias en cada visita).
- Si el tumor que padece es de pequeño tamaño y su caso puede ser tratado mediante ablación por radiofrecuencia (el tumor se destruye mediante ondas que calientan el tejido) o crioterapia (el tumor se trata mediante congelación).
La realización de la biopsia puede producirle sangre en la orina. En casos raros, podría causarle un sangrado más severo. Generalmente, la biopsia renal es un procedimiento inofensivo.
CLASIFICACIÓN
Los tumores renales se clasifican según su estadio, el subtipo celular y el grado de agresividad de las células tumorales. Estos tres elementos son la base de su tipo de tratamiento.
Sistema de estiaje
El estadio tumoral indica cómo de avanzado está el tumor y si hay o no metástasis en los ganglios linfáticos o en otros órganos.
El estadiaje del tumor renal se basa en la clasificación TNM (del inglés, “Tumour” o tumor, “Node” o ganglio, “Metástasis”). El urólogo medirá el tamaño y el grado de invasión del tumor (lo que determinará la “T”) y conocerá cómo de avanzado está, dividiéndolo en 4 estadios. También se estudiará si usted tiene afectación de algún ganglio linfático (lo que determina la “N”) o si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo, con las presencia de metástasis (lo que determinará la “M”). Cuando el tumor renal produce metástasis, generalmente, lo hace en los pulmones, los huesos o el cerebro.
Subtipo tumoral
Además del estadiaje, el subtipo de tumor renal es importante. El subtipo lo determinará el patólogo mediante un procedimiento conocido como análisis histopatológico. El especialista examinará el tejido tumoral obtenido mediante una biopsia o del tejido obtenido después de una intervención quirúrgica (lo más habitual). En la mayoría de los casos, el subtipo exacto de su tumor no podrá ser determinado hasta después de la cirugía.
Hay varios subtipos de tumores renales. La mayoría corresponde a “carcinomas de células renales”. De éstos, el subtipo más frecuente es el carcinoma renal de “células claras”.
Si usted ha sido diagnosticado de un subtipo inusual de cáncer renal, su médico le proporcionará información detallada sobre las diferentes posibilidades de tratamiento. Éstas pueden diferir del tratamiento estándar de los subtipos más comunes de cáncer renal. Las distintas opciones de tratamiento las discutirá un equipo multidisciplinar del médicos, para encontrar la mejor opción para usted.
Tumores benignos
Algunos tumores renales no son cancerosos y se les conoce como tumores benignos. Los más comunes son los oncocitomas y los angiomiolipomas.
Los oncocitomas se diagnostican generalmente después del análisis histopatológico, ya que las pruebas radiológicas normalmente no pueden identificarlo claramente. Las opciones de tratamiento más frecuentes para estos tumores son la nefrectomía parcial y la vigilancia activa.
Un angiomiolipoma (AML) es un tumor benigno y es más frecuente en mujeres. Generalmente, se diagnostica después de realizar ecografías, TC o RMN, o en casos en los que el tumor sangre y cause síntomas. Aunque el AML es un tumor benigno, el riesgo de sangrado espontáneo puede aumentar si sigue creciendo. Se recomienda, extirparlos quirúrgicamente si:
- Usted tiene un AML de gran tamaño (mayor de 4 cm).
- Usted es una mujer en edad fértil (ya que pueden crecer más rápido durante los embarazos).
- El tumor produce síntomas.
- En algunos casos en los que usted tenga difícil acudir a su médico en caso de emergencia, porque resida en un lugar muy alejado de un hospital o tenga su movilidad limitada.
- Generalmente, los AML son extirpados mediante nefrectomía parcial pero en algunos casos puede ser necesario eliminar el riñón completo. La nefrectomía radical se recomienda en casos de sangrado severo del tumor.
Quistes renales
Algunas masas renales, en lugar de tumores, son quistes renales. Los quistes son sacos rellenos líquido localizados en el riñón y son fácilmente distinguibles en un TC. Algunos casos raros de quistes pueden ser malignos, y sólo en esos casos, necesitan ser tratados mediante cirugía.
Grado de agresividad
El tercer componente de la clasificación es una evaluación de la agresividad del tumor. El grado nuclear de Führman es el sistema más utilizado para determinarlo. El patólogo clasificará su tumor en grado del 1al 4.
Pronóstico individual
Después del diagnóstico y la clasificación, su urólogo discutirá con usted las diferentes opciones de tratamiento y seguimiento. La forma de tratamiento recomendada se basará en el estadiaje TNM, el grado de Führman y el subtipo del tumor. Su pronóstico individual también se puede estimar después de conocer la clasificación. Sin embargo, tenga en cuenta que se trataría de una predicción que no tiene en cuenta situaciones no esperadas que puedan acontecer.
TRATAMIENTO
Si usted ha sido diagnosticado de un cáncer renal localizado, su médico puede recomendarle tratamiento mediante una nefrectomía parcial (donde le sería extirpado sólo el tumor, manteniendo el resto del riñón), una nefrectomía radical (donde le sería extirpado el riñón completamente), la vigilancia activa, ablación por radiofrecuencia o crioterapia. Cada tipo de procedimiento tiene sus propias ventajas e inconvenientes. La elección de tratamiento va a depender de cada situación individual.
Si usted ha sido diagnosticado de un cáncer renal localmente avanzado, su médico puede recomendarle tratamiento mediante una nefrectomía radical o una embolización (procedimiento para interrumpir el suministro de sangre a la zona afectada por el tumor). Cada tipo de procedimiento tiene sus propias ventajas e inconvenientes. La elección de tratamiento va a depender de cada situación individual.
Los tumores renales pueden diseminarse a otros órganos o a ganglios linfáticos lejanos. Esto se conoce como enfermedad metastásica. En esta situación, al tumor renal se le denomina “tumor primario” y los tumores en otros órganos se denominan “metástasis”. Su médico puede recomendarle tratamiento mediante cirugía, normalmente en combinación con “terapia antiangiogénica” (también conocida como terapia dirigida). En casos raros, se puede utilizar la inmunoterapia. Para el tratamiento de las metástasis, es posible que puedan recomendarle tratamiento con radioterapia.
Generalmente, la enfermedad metastásica no tiene cura. El tratamiento de la enfermedad metastásica intentará reducir el tamaño del tumor primario y de las metástasis, lo que le dará la posibilidad de vivir durante más tiempo y con los menores síntomas posibles.
Cuidados paliativos
En algunos casos, curarse de un cáncer renal ya no es posible. Cuando el tratamiento ya no tiene éxito, pueden ofrecerle la opción de recibir cuidados paliativos para hacer sentir más confortable. El cuidado paliativo en un concepto de cuidado que persigue el objetivo de optimizar su calidad de vida si usted no puede recuperarse de la enfermedad que padece.