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ESTUDIOS DE URODINÁMICA

Es un examen dirigido a medir el funcionamiento de la vejiga, esfínteres y uretra durante el llenado y el vaciado de la orina. Estos estudios están enfocados a valorar la habilidad de la vejiga para almacenar la orina y vaciarse de forma continua y completa. Su urólogo recomendará estudios urodinámicos si hay síntomas del tracto urinario inferior (STUI) como:

  • incontinencia urinaria (pérdidas de orina) en la mujer
  • incontinencia urinaria en el hombre
  • estudio de la vejiga neurógena (enf. del sistema nervioso, traumatismo medular, ictus…)
  • excesiva frecuencia miccional y/o urgencia miccional
  • micción dolorosa
  • chorro débil o con sensación de vaciamiento incompleto
  • infecciones de orina recurrentes

Los estudios de urodinámica necesitan de material sofisticado para una medición precisa de presiones y volúmenes. Incluye normalmente un sensor transvesical que recoge la presión en la vejiga, un sensor transanal que recoge la presión en el abdomen y otros sensores que recogen la actividad de músculos y nervios.

Normalmente los estudios de urodinámica no requieren ninguna preparación pero es frecuente que su urólogo le pida acudir con la vejiga llena, le aconseje parar alguna medicación específica que esté tomando y que pueda alterar el estudio o le prescriba un antibiótico profiláctico para evitar infecciones que pudiera originar el estudio.

El estudio suele incluir:

  • Flujometría
  • Medida del residuo postmiccional
  • Test de Cistometría
  • Medida de presión abdominal de punto de fuga (leak point pressure)
  • Estudio de presión-flujo
  • Electromiografía
  • Perfil de presión uretral (UPP)

El test suele comenzar con una flujometría y la medida del volumen residual de la vejiga si esta no se ha vaciado completamente. Para ello, con la vejiga moderadamente llena, orina en un aparato que mide el flujo y volumen de orina. Tras esto, con un ecógrafo se mide si ha quedado algo de orina en la vejiga y se cuantifica.

Seguidamente, bajo anestesia local, se procede a la inserción de una sonda fina en la vejiga que porta un sensor de presión y otra en el recto, esto puede resultar algo incómodo pero en ningún caso doloroso. Estos sensores recogen la presión de la vejiga y del abdomen respectivamente. A través de la sonda vesical se le irá llenando lentamente la vejiga con un líquido estéril y se le preguntará por la sensación de ganas de orinar, además se le pedirá toser y se valorará si hay pérdidas de orina.

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