INFORMACIÓN PARA PACIENTES
(adaptado de European Association of Urology – Patient Information)
¿CUAL ES LA FUNCION DE LA VEJIGA?
La vejiga urinaria es el órgano que recoge y almacena la orina producida en los riñones. Es una bolsa elástica hueca, compuesta por tejido muscular que descansa sobre la musculatura del suelo pélvico. La vejiga se expande a medida que almacena la orina de los riñones antes de salir al exterior a través de la uretra.
¿Qué es el cáncer de vejiga?
El cáncer de vejiga (o cáncer vesical) es un crecimiento anormal de tejido (un tumor) de la vejiga. Hay varios estadios de cáncer vesical. Su tratamiento y los detalles de su caso concreto van a depender de las características específicas del tumor y de la experiencia oncológica de su equipo médico.
¿Qué produce el cáncer de vejiga?
Diversos factores biológicos y sustancias nocivas pueden aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de vejiga. Tener un alto riesgo no necesariamente implica que alguien vaya a desarrollar el cáncer. Algunas veces, el cáncer puede desarrollarse sin ninguna causa aparente.
Estadios de la enfermedad
El tumor que crece en el interior de la cavidad de la vejiga sin afectar al tejido muscular (que se encuentra en capas más profundas) se denomina tumor no músculo-invasivo (o tumor superficial). Estos tumores superficiales representan estadios tempranos de la enfermedad. Es el tipo más frecuente de cáncer de vejiga. En la mayoría de los casos, estos tumores no son agresivos y raramente se extienden a otros órganos, por lo que no suele ser letales, aunque pueden reaparecer con frecuencia (se denomina “recurrencia”) o desarrollar características agresivas (se denomina “progresión).
Cuando el tumor crece en profundidad afectando al músculo de la vejiga y se extiende hacia músculos vecinos, se denomina tumor músculo-invasivo. Este tipo de cáncer tiene una mayor posibilidad de afectar a otras partes del cuerpo (enfermedad metastásica) y es más difícil de tratar. En algunos casos, puede llegar a ser fatal.
Si el cáncer de vejiga se extiende a otras zonas del organismo como los ganglios linfáticos u otros órganos, se denominaría enfermedad localmente avanzada o cáncer vesical metastásico. En este estadio, la curación es muy improbable, y tratamiento se limita a controlar el avance de la enfermedad y a reducir o paliar los síntomas.
Factores de riesgo del cáncer de vejiga
El cáncer de vejiga se desarrolla lentamente y es más frecuente en personas de mayor edad (normalmente a partir de los 60 años). De acuerdo con las guías clínicas de la Asociación Europea de Urología, el hábito de fumar tabaco, que contiene muchas sustancias nocivas, es el responsable de casi la mitad de casos de cáncer de vejiga.
Otra fuente de riesgo bien conocida es la exposición ocupacional o laboral a agentes químicos usados en la fabricación de pinturas, tintes, metales y derivados del petróleo, aunque las medidas de prevención de riesgos laborales han contribuido a reducir estos riesgos.
Algunos tipos de infección por ciertos parásitos y las infecciones de tracto urinario crónicas también pueden incrementar el riesgo de padecer un cáncer de vejiga.
Prevención del cáncer de vejiga
Tener un alto riesgo no necesariamente implica que alguien vaya a desarrollar el cáncer. Algunas veces, el cáncer puede desarrollarse sin ninguna causa aparente.
Es importante mantener un estilo de vida saludable. Si usted fuma, intente dejarlo. Siga las medidas de prevención en su puesto de trabajo y evite la exposición a agentes químicos nocivos.
Algunas evidencias indican que beber muchos líquidos, principalmente agua, pueden disminuir los riesgos de padecer cáncer de vejiga. Tener una dieta equilibrada rica en fruta y verduras tiene beneficios saludables y puede proteger contra el cáncer. Si usted tiene dudas o necesita consejo para mantener un estilo de vida saludable consulte con su médico de referencia.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
La presencia de sangre el la orina (denominado hematuria) es el síntoma más frecuente cuando existe un tumor de vejiga. Los tumores de la superficie de revestimiento de la vejiga (no músculo-invasivos) no causan dolor y, generalmente, no se presentan con síntomas de tracto urinario inferior (urgencia para orinar, irritación)
Si usted tiene síntomas de tracto urinario como dolor al orinar o necesita orinar con más frecuencia, puede sospecharse un tumor maligno, particularmente si se ha descartado una infección o ya ha sido tratada y no se han reducido los síntomas. El cáncer de vejiga músculo-invasivo puede causar síntomas si crece afectando al músculo de la vejiga y se extiende a los músculos vecinos.
Los síntomas como el dolor pélvico, dolor en el flanco, pérdida de peso, o sensación de masa en la zona inferior del abdomen pueden presentarse en los casos en que el tumor está más avanzado.
Diagnóstico
Su médico realizará un historia clínica detallada y le hará preguntas acerca de sus síntomas. Puede ayudar a su médico preparando antes la consulta.
- Haga una lista de sus intervenciones quirúrgicas previas.
- Haga una lista de la medicación que toma de manera habitual.
- Mencione otras enfermedades y alergias que tenga.
- Describa sus hábitos de vida, incluyendo el ejercicio físico, el tabaco, el alcohol y la dieta.
- Describa sus síntomas actuales.
- Indique desde cuándo tiene esos síntomas.
- Historia familiar de otros tumores, especialmente en el tracto urinario.
Análisis de orina
Debido a que la presencia de que la sangre en la orina es el síntoma más común cuando existe un tumor de vejiga, su médico realizará análisis de orina para buscar células tumorales y excluir otras posibilidades como infecciones del tracto urinario. Su médico puede referirse a este análisis como “citología de orina”.
El examen físico no evidencia la presencia de un cáncer de vejiga no musculo-invasivo y, rara vez, evidencia una masa abdominal si el cáncer ha progresado a músculo-invasivo. Si se sospecha un cáncer de vejiga músculo-invasivo, su médico puede realizarle una exploración rectal y, en mujeres, vaginal (mediante palpación bimanual).
Además, su médico realizará una serie de pruebas para realizar el diagnóstico.
Biomarcadores en orina para el cáncer de vejiga
La detección temprana puede mejorar la posibilidad de tratamiento exitoso. Por lo tanto, los médicos intentan encontrar pruebas de detección de biomarcadores en orina, que ayudarán a identificar en cáncer de vejiga o sus recurrencias lo más pronto posible.
Cistoscopia
La cistoscopia el prueba principal para diagnosticar el cáncer de vejiga. Permite a su urólogo ver el interior de su vejiga y su uretra, mediante el uso de un tubo fino dotado de una cámara y una luz, llamado cistoscopio.
Urografía por TC
La Urografía por tomografía computarizada (o UroTC) le da a su médico información sobre posibles tumores en el riñón o los uréteres (estructura que comunica el riñón con la vejiga) y sobre los ganglios linfáticos y el resto de órganos del abdomen.
Resonancia Magnética (RMN)
Al igual que el UroTC, la RMN muestra imágenes detalladas de los tejidos blandos del organismo. La RMN utiliza ondas de radio y potentes imanes en lugar de utilizar rayos X.
Urografía intravenosa
La urografía intravenosa (o UIV) es otra técnica de imagen para examinar el tracto urinario. Puede utilizarse para evaluar el tracto urinario cuando el UroTC no puede utilizarse.
Ecografía Abdomino-pélvica
La ecografía (técnica basada en el uso de ultrasonidos) es una herramienta diagnóstica no invasiva que puede visualizar lesiones mayores de 5-10 mm con la vejiga completamente llena.
La resección transuretral de vejiga (RTU-v)
La RTU-v es resección o extirpación quirúrgica de los tumores de vejiga. Este procedimiento es tanto diagnóstico como terapéutico. Es diagnóstico porque el cirujano extirpa el tumor y todo el tejido adicional necesario para realizar el análisis microscópico (estudio histopatológico). La RTU-v es también terapéutica porque la eliminación completa de todo el tumor visible es el tratamiento de este cáncer. Una RTU-v completa y correcta es esencial para un buen pronóstico. En algunos casos, puede ser necesaria una segunda RTU-v varias semanas después (esto se conoce como Re-RTU).
Imagen de banda estrecha (NBI)
La imagen de banda estrecha o NBI (por sus siglas en inglés, Narrow-Band Imaging), es la utilización de una luz con longitudes de onda específicas de azul y verde, sobre la superficie de revestimiento vesical durante una cistoscopia normal. Realza el contraste visual entre el tejido sano y el tejido tumoral y mejora la detección de tumores de vejiga. Este método no requiere la instilación de ninguna sustancia en la vejiga.
Clasificación
Los tumores de vejiga se clasifican según el estadio tumoral, el subtipo y el grado de agresividad de las células tumorales. El estadiaje es una manera estandarizada de describir la extensión de la afectación tumoral. El tipo de tratamiento que usted reciba va a depender de estos elementos.
CÁNCER DE VEJIGA NO MÚSCULO-INVASIVO
¿Qué es el cáncer de vejiga no músculo-invasivo?
El cáncer de vejiga no músculo-invasivo, también llamado cáncer de vejiga superficial, es un tipo de cáncer superficial que no ha crecido hacia las capas más profundas de la pared de la vejiga.
Hay tres subtipos, basados en el tipo de crecimiento:
- Tumores en estadio Ta, son tumores confinados a la capa de revestimiento de la vejiga (denominado urotelio).
- Tumores en estadio T1, son tumores que han invadido en tejido conectivo por debajo del urotelio pero que no han llegado al músculo de la vejiga.
- Tumores en estadio Tis, son tumores planos de aspecto aterciopelado, también conocidos como carcinoma in situ (Cis), que están confinados a la pared de la vejiga pero tienen, potencialmente, alto riesgo de extensión a capas más profundas de la vejiga.
Los estadios Ta y T1 habitualmente aparecen como pequeños crecimientos en racimo (también llamado crecimiento papilar), que crecen hacia el centro de la vejiga sin afectar a las capas profundas de la vejiga. Su cirujano puede extirpar estos tumores usando el método de resección transuretral de vejiga (RTU-v).
Opciones de tratamiento
Resección transuretral de tumores de vejiga
La RTU-v es resección o extirpación quirúrgica de los tumores de vejiga. Este procedimiento es tanto diagnóstico como terapéutico. Es diagnóstico porque el cirujano extirpa el tumor y todo el tejido adicional necesario para realizar el análisis microscópico (estudio histopatológico). La RTU-v es también terapéutica porque la eliminación completa de todo el tumor visible es el tratamiento de este cáncer. Una RTU-v completa y correcta es esencial para un buen pronóstico. En algunos casos, puede ser necesaria una segunda RTU-v varias semanas después (esto se conoce como Re-RTU).
Tratamiento con instilaciones
Como se indicaba anteriormente, la RTU-v puede erradicar tumores en estadios Ta o T1, pero algunos tumores frecuentemente recurren y pueden progresar a cáncer invasivo. El tratamiento con instilación intravesical (en el interior de la vejiga) de ciertas sustancias después de la RTU-v debe considerarse en todos los pacientes.
CÁNCER DE VEJIGA MÚSCULO-INVASIVO
¿Qué es el cáncer de vejiga músculo-invasivo?
Alrededor de una cuarta parte de pacientes diagnosticados de cáncer de vejiga tienen una forma músculo-invasiva de la enfermedad, que ha crecido más allá de la parte muscular de la pared de la vejiga (estadios desde T2 a T4). Este tipo de cáncer tiene un alto potencial de extenderse a otras partes de organismo (producir metástasis) y precisa un tratamiento diferente y más radical. El cáncer de vejiga músculo-invasivo resultaría fatal en caso de no recibir tratamiento.
Pruebas diagnósticas adicionales
La tomografía computarizada (TC) es particularmente importante para mayor conocimiento del cáncer de vejiga músculo-invasivo. Con la realización del TC del tórax, el abdomen y la pelvis, realizado en menos de 10 minutos, su médico puede decir si el cáncer ya se ha extendido fuera de la vejiga hacia los tejidos u órganos vecinos y si hay signos de que se haya diseminado a otros órganos (enfermedad metastásica). Con la administración de un medio de contraste, que es excretado hacia la orina por los riñones, el tracto urinario por encima de la vejiga se puede visualizar y detectar posibles tumores.
Previamente al tratamiento, es esencial evaluar si el cáncer ha producido metástasis. Si en el TC se detecta que el cáncer se ha diseminado otros órganos, huesos o ganglios linfáticos, posiblemente cambie las decisiones acerca de su tratamiento.
En ocasiones, puede ser preciso realizar un RMN o una gammagrafía ósea (prueba basada en la medicina nuclear que puede detectar focos ocultos de metástasis en los huesos), aunque no son pruebas realizadas de rutina en todos los casos. Las metástasis a nivel de los huesos o el cerebro son raras en el momento del diagnóstico del cáncer de vejiga músculo-invasivo. Por lo tanto, su médico sólo considerará realizar una gammagrafía ósea o pruebas de imagen del cerebro si usted tiene síntomas específicos que hagan sospechar la presencia de metástasis en los huesos o el cerebro. Los hallazgos dudosos podrían precisar la realización de biopsias con una aguja para confirmar la metástasis.
La combinación de la tomografía por emisión de positrones o PET (que utiliza trazadores radioactivos para obtener imágenes) y TC, lo que se conoce como PET-TC se está usando cada vez más en diversos centros europeos, aunque no está disponible de manera general en todos los países. El PET-TC puede mejorar la detección de metástasis lejanas. Su uso no se recomienda para el estadiaje de tumores de vejiga porque la excreción urinaria del trazador radioactivo hace muy difícil su estadiaje.
Pronóstico y estratificación del riesgo
El pronóstico a largo plazo de los pacientes con cáncer de vejiga músculo-invasivo se determina por la extensión del tumor (estadio). A diferencia del cáncer de vejiga no músculo-invasivo, la agresividad de las células tumorales que determina el especialista en anatomía patológica es menos importante, ya que todos los tumores invasivos son presumiblemente de alto grado.
Opciones de tratamiento
Extirpación completa de la vejiga (Cistectomía radical)
El pilar fundamental del tratamiento del cáncer de vejiga músculo-invasivo es la extirpación quirúrgica de la vejiga.
Su urólogo puede recomendarle la extirpación completa de la vejiga en diferentes situaciones:
- La presencia de cáncer de vejiga músculo-invasivo.
- La presencia de un tumor de vejiga que crece de manera agresiva (tumores de alto grado), que tiene múltiples focos de cáncer en la vejiga (multifocal) o que es superficial pero ha recurrido después de recibir quimioterapia o inmunoterapia (administrados como instilaciones dentro de la vejiga).
- Falta de respuesta o recurrencia (recaída) después de realizar un opción de tratamiento multimodal de preservación vesical (quimioterapia junto con radioterapia, que no es el tratamiento estándar de primera opción)
- Si presenta síntomas como sangrado incontrolable o dolor en pacientes con enfermedad incurable.
Para evaluar y determinar su riesgo individual en caso de precisar la extirpación de la vejiga, su médico contará con equipo multidisciplinar (como urólogos, cirujanos, anestesiólogos, enfermeras, médicos generalistas o cardiólogos).
Hay factores que es importante tener en cuenta como su edad biológica (el estado de su cuerpo a la edad concreta que usted tiene, valorado mediante su estado general y su expectativa de vida) y otras enfermedades que padezca (diabetes, enfermedad cardíaca, hipertensión arterial). Los paciente de más de 80 años tienen más problemas para recuperarse de esta operación. Los médicos usan diversos índices de puntuación para valorar los riesgos de los pacientes para someterse a esta operación tan complicada.
Las cirugías previas o antecedentes de radioterapia hacen la cirugía más difícil pero raramente son una contraindicación para poder realizarla.
La cistectomía radical incluye la extirpación de la vejiga, la parte final de ambos uréteres y los ganglios linfáticos de la pelvis. Dependiendo de factores como la localización del tumor y el tipo de derivación urinaria que va a realizarse, es preciso extirpar otras partes de otros órganos en función del género del paciente (la próstata y las vesículas seminales en el hombre; la uretra completa, parte de la vagina y el útero, en mujeres). Los hombres deben ser conscientes de que algunas veces se puede encontrar un cáncer en la próstata al ser extirpada, pero, generalmente, esto no afecta al tratamiento ni a la supervivencia a largo plazo.
Cuando se extirpa la vejiga, es preciso crear otra manera de almacenar o exteriorizar la orina que se produce. Esto es lo que se denomina derivación urinaria.
Tratamientos de preservación vesical
El abordaje mediante preservación vesical (cuando no se extirpa completamente la vejiga) se utiliza actualmente en una minoría de casos, pero merece ser comentado. La preservación vesical se puede lograr a costa utilizar diferentes tratamientos, incluidos los efectos adversos de cada uno. Para controlar el tumor localmente se utiliza la RTU-v junto con radioterapia. La quimioterapia se utiliza para tratar las células cancerosas que pudieran haberse diseminado por el organismo (enfermedad sistémica). El objetivo es preservar la vejiga y su función además de la calidad de vida del paciente sin comprometer el tratamiento del propio cáncer.
Algunos estudios han mostrado buenos resultados del abordaje de preservación vesical en pacientes seleccionados (no válido de manera general para cualquier caso), de los que aproximadamente un tercio de ellos precisarán someterse la extirpación de la vejiga después del fracaso del tratamiento de preservación vesical.
Resección transuretral del tumor de vejiga
Si usted no puede ser sometido a la cirugía radical, es posible realizar una RTU-v si el tumor sólo invade las capas interiores del músculo de la vejiga. Por sus altas tasas de recurrencia y progresión, este tratamiento aislado no puede ser considerado una buena opción para controlar la enfermedad a largo plazo.
Radio-quimioterapia
El tratamiento con radioterapia junto con quimioterapia sensibilizante (el efecto de la quimioterapia hace más vulnerable a la célula tumoral a los efectos de la radioterapia) es una opción razonable para pacientes que rechacen o no sean candidatos a la cirugía radical. La valoración de este tratamiento incluirá el estado general del paciente (su expectativa de vida), la función renal, radioterapia previa, cirugías abdominales previas, y el antecedente de otros cánceres previos. Antes de decidir este tratamiento es aconsejable consultar con un especialista en oncología radioterápica.
Radioterapia
La radioterapia es una opción para preservar la vejiga en pacientes que no son candidatos a la cirugía radical o que no quieren someterse a ella. Los resultados de la radioterapia aislada son peores que los de la cirugía radical, pero combinada con quimioterapia se pueden lograr algunos resultados aceptables. Los efectos secundarios incluyen irritación moderada o severa de la vejiga o del aparato digestivo, además de incontinencia, aumento del riesgo de infecciones y la formación de fístulas (anormal comunicación entre órganos)
Quimioterapia
La quimioterapia aislada tiene escasos resultados y no se recomienda como tratamiento único.
ENFERMEDAD METASTÁSICA
Factores pronósticos y decisión de tratamiento
Si su cáncer de vejiga ha llegado a diseminarse a otro órgano del cuerpo, es improbable que el tratamiento consiga curarle. Las opciones de tratamiento se limitan a controlar la diseminación de la enfermedad y a reducir los síntomas.
Opciones de tratamiento
Quimioterapia
En el 90-95% de los cánceres de vejiga el tipo histológico es el carcinoma urotelial. La quimioterapia basada en el platino es el tratamiento más eficaz contra este tipo de cáncer.
Las combinaciones de agentes quimioterápicos como el MVAC (que combina los fármacos Metrotexato, Vinblastina, Adriamicina o Doxirrubicina y Cisplatino) o la Gemcitabina con Cisplatino son las más frecuentemente utilizadas. Estos tratamientos tienen efectos adversos que debe ser considerados detenidamente si usted no tiene la posibilidad de recuperarse de la enfermedad que padece y el objetivo es optimizar su calidad de vida. Una limitada capacidad para realizar las actividades de la vida diaria (conocido como bajo “performance status”), la presencia de otras enfermedades o una mala función renal pueden hacer que usted no pueda ser candidato a recibir quimioterapia.
Si usted tiene una función renal reducida y no puede recibir tratamiento con Cisplatino, las combinaciones como Gemcitabina junto con Carboplatino, o M-CAVI (que combina los fármacos Metrotexato, Carboplatino y Vinblastina) tienen ligeramente menos efectividad para tratar el cáncer de vejiga.
Si mientras está recibiendo estas terapias, la enfermedad recurre o progresa, se puede cambiar el tratamiento a otro tipo de quimioterapia, pero ya que no hay un estándar en este caso, la opción de tratamiento dependerá del oncólogo que le trata. La cirugía adicional para eliminar metástasis o masa tumoral recurrente se utiliza sólo para paliar el dolor o la obstrucción y no curará la enfermedad. La radioterapia también puede utilizarse para tratar síntomas como el dolor o el sangrado (hematuria) recurrente.
Algunos tipos de quimioterapia son bastante intensos y pueden generar muchos efectos adversos. Si usted no está en buenas condiciones o no son se encuentra bien debido al cáncer, estos efectos pueden ser aún más severos. Los pacientes de mayor edad se pueden beneficiar en particular de tipos menos intensos de quimioterapia.
Tratamiento de las metástasis óseas
Cuando el cáncer se ha diseminado a los huesos, pueden ocurrir algunas complicaciones esqueléticas, como el debilitamiento de los huesos o fracturas patológicas ante incidentes menores derivados de la actividad diaria normal. Esto produce dolor y puede generar un impacto negativo en la calidad de vida. Su médico puede proponerle radioterapia o tratamiento con fármacos para ayudar a fortalecer sus huesos y controlar el dolor.
Acceso a ensayos clínicos
Todos los pacientes diagnosticados de cáncer de vejiga recurrente o metastásico, y, particularmente, aquellos en los que la quimioterapia previa ha fracasado, deben ser considerados candidatos a los ensayos clínicos disponibles en los centros.
Hay disponibles un número limitado, pero en aumento, de estudios en diferentes fases para pacientes que no han recibido antes quimioterapia así como para los que sí la han recibido. Además, el uso de recientes fármacos experimentales conocidos como “inhibidores de punto de control inmunitario” en el cáncer de vejiga avanzado parecen tener efectividad en un grupo concreto de pacientes con esta enfermedad.
El acceso a ensayos clínicos debería ser la primera opción a discutir junto con su médico (cuando haya ensayos disponibles). La decisión terapéutica se toma después de revisar toda la información de los pros y los contras de cada opción y depende de cada paciente individual y las características de la enfermedad.
La decisión del tratamiento
Si el tratamiento está destinado a frenar el tumor y controlar los síntomas, la decisión de qué tratamiento es el mejor para usted (o si lo va a recibir) puede ser muy difícil.
Necesitará una clara compresión de qué puede hacer el fármaco por usted en su estadio y cómo afectará éste a su calidad de vida.
Hable con sus familiares y amigos cercanos. Puede ser de ayuda discutir las cosas con alguien fuera de su círculo cercano. Su médico puede remitirle a otros consultores y enfermería especializada.
Se están realizando esfuerzos encaminados a promover defensores o asesores de pacientes con cáncer de vejiga. Consulte a su oncólogo si esta opción está disponible es su entorno.
TRATAMIENTO DE LAS RECURRENCIAS (RECAÍDAS)
Recurrencia local
La recurrencia tiene lugar en tejidos blandos después de se haya extirpado la vejiga o en la zona donde se extirparon los ganglios linfáticos. Esto se debe a que, incluso después de quitar los ganglios linfáticos locales de la pelvis, algunos ganglios quedan en su lugar. La mayoría de recurrencias ocurren dentro de los dos primeros años. La recurrencia local después de extirpar la vejiga se asocia a un mal pronóstico pero, en ocasiones, es posible realizar tratamiento (cirugía, quimioterapia, radioterapia dirigida).
Recurrencia a distancia
Si el cáncer recurre fuera de la pelvis, se trata de una recurrencia a distancia. Este tipo de recurrencia es bastante frecuente después de la extirpación de la vejiga en pacientes con alto riesgo de recurrencia: tumores de gran tamaño, márgenes positivos de resección (cuando el patólogo encuentra células tumorales en el borde de la vejiga cuando se ha extirpado) o afectación de ganglios linfáticos. La mayoría de recurrencias a distancia ocurren dentro de los dos primeros años después de extirpar la vejiga. Los lugares de recurrencia a distancia son los ganglios linfáticos, los pulmones, el hígado y los huesos. Las recurrencias a distancia sólo se pueden tratar con quimioterapia. Las metástasis únicas o muy poco numerosas se pueden tratar quirúrgicamente junto con tratamiento sistémico (quimioterapia).
Pueden existir ensayos clínicos para esta situación en su caso, consulte a su médico esta posibilidad.
Recurrencias en el tracto urinario
Después de haber extirpado la vejiga completamente, el cáncer puede reaparecer en la uretra, los uréteres o en el interior de los riñones. La mayoría de recurrencias en el tracto urinario superior ocurren dentro de los tres primeros años tras la cirugía. Este tipo de recurrencia es relativamente rara.
Si es posible, se elegirá un tratamiento local para eliminar el cáncer, a menos que se sospeche enfermedad sistémica. En ese caso, debería usarse la quimioterapia u opciones paliativas.
En caso de tratamientos de preservación vesical y en la recurrencia de tumores superficiales, se recomienda la instilación de sustancias que previenen el crecimiento y la diseminación del tumor (instilaciones).
Los factores de riesgo de recurrencia en la uretra después de una cistectomía son:
- Cáncer de vejiga superficial previo.
- Tumores de vejiga múltiples.
- Uretra residual o no utilizada en derivaciones urinarias incontinentes.
- Recurrencias locales en la pelvis inferior.
Aunque la resección de la uretra (uretrectomía) de manera rutinaria se considera un sobretratamiento, se recomienda su control y revisión en los hombres.
Los factores de riesgo de recurrencia en los uréteres después de una cistectomía son:
- Cáncer de vejiga superficial previo.
- Tumores de vejiga múltiples.
- Tumores que afectan al orificio ureteral.
- Recurrencia local en la pelvis.
Para los pacientes con alto riesgo de recurrencia a nivel urotelial está indicado un control estricto y adaptado.
Seguimiento
Después de cualquier tipo de tratamiento del cáncer, el seguimiento es esencial para minimizar las complicaciones y para detectar y tratar de manera precoz las recurrencias. Después de una cistectomía o de otros tratamientos, usted debería controlarse por su médico generalista, urólogo, oncólogo, radiólogo o enfermería especializada, con unos intervalos de tiempo fijados para su monitorización y evaluación periódicas. Uno de sus especialistas debe dirigir la coordinación y la interpretación de todos los resultados de sus visitas de seguimiento. Ese especialista, que en la mayoría de países es el urólogo, debe ser también su contacto para todas las preguntas que tenga relacionadas con su enfermedad.
Síntomas y complicaciones
Además de monitorizar la evolución del cáncer, hay que observar y controlar los resultados funcionales. Las complicaciones funcionales después de una cistectomía incluyen la deficiencia de vitamina B12, la acidosis metabólica (niveles altos de ácido en su sangre), empeoramiento de a función renal, infecciones urinarias, formación de cálculos urinarios, estrechamiento del estoma (estenosis), otras complicaciones del estoma en pacientes conductos ilegales (fugas, inversión, dermatitis), problemas de continencia en neovejigas y disyunciones de almacenamiento. Consulte a su médico sobre los síntomas principales de estas complicaciones y cómo prevenirlas.