Se utiliza como tratamiento de segunda línea para la vejiga hiperactiva y la incontinencia urinaria de urgencia, reduciendo la actividad neurológica que causa los síntomas.
Se puede realizar mediante la aplicación de anestesia local intravesical o mediante anestesia raquídea o sedación.
Procedimiento: A través de un cistoscopio mediante una aguja se inyecta la toxina en pequeñas dosis en diferentes áreas de la pared vesical, con el fin de relajar el músculo de la vejiga (detrusor).
Su efecto dura alrededor de 9 meses, y su aplicación repetida es necesaria para mantener el efecto.
Puede existir sangrado tras el procedimiento pero es mínimo y se resuelve sólo o con la ingesta de líquidos.
Es necesario vigilar durante el tratamiento la presentación de infección y de retención urinaria, por lo que se deberá realizar un urocultivo de control y medir el residuo postmiccional (orina residual tras la micción) y en caso de que este sea elevado o haya dificultad para orinar se deberá realizar sondajes vesicales intermitentes de manera temporal (auto-sondajes).