Una sonda urinaria es un tubo flexible de plástico o látex, que se introduce a través de la uretra, tanto en hombres como en mujeres, hasta el interior de la vejiga. Una vez que se ha introducido en la vejiga, un globo situado en la punta de la sonda se hincha con agua para evitar que se salga.
Las principales funciones de los sondajes urinarios son las siguientes: facilitar la salida de la orina, recoger la orina de la vejiga para conocer qué cantidad de orina se está produciendo, así como para introducir medicamentos en el interior de la vejiga.
¿Cuándo es necesario un sondaje urinario?
Las sondas urinarias permanentes suelen usarlas personas con paraplejia o que tienen una enfermedad inoperable. También las usan a menudo quienes presentan un agrandamiento de la próstata o con problemas para controlar la orina.
Otros casos frecuentes en los que suele ser necesario utilizar una sonda urinaria son los siguientes:
- Cuando la orina no puede salir de forma natural por padecer problemas de próstata.
- Cuando se necesita conocer el volumen exacto de la orina en un tiempo determinado.
- Cuando se va a realizar una operación y se necesita saber la cantidad de líquido que el paciente debe recibir durante la operación a través de sueros.
- Cuando una persona es operada de colon, vejiga o de la pelvis.
- Cuando hay que administrar medicamentos en la vejiga por alguna enfermedad, como puede ser el cáncer de vejiga.
- Cuando el paciente está inmovilizado por algún motivo.
¿Cómo se lleva a cabo un sondaje urinario?
Para la realización de un sondaje urinario, se desinfecta la entrada de la uretra y, a continuación, se introduce una sonda con vaselina en la punta. Una vez que la sonda se haya introducido en la vejiga, se hincha el globo que se encuentra en la punta de la sonda con una jeringuilla jeringa con agua o suero. De esta manera, la sonda no podrá salirse de la vejiga. Por último, la sonda se conecta a una bolsa para depositar la orina.
Aunque el sondaje urinario es algo doloroso, sobre todo en personas con uretras estrechas o próstatas muy agrandadas, solo se tarda unos cinco minutos en terminar el proceso.
No todos los pacientes pueden llevar una sonda urinaria
Las personas con traumatismos en la pelvis (es probable que cuenten con rotura de la uretra), así como en aquellas con estrecheces importantes en la uretra o con prostatitis, el sondaje no se recomienda. Sin embargo, ha de ser el médico el que apruebe o desapruebe el proceso en dichos pacientes.
Cuidados para una sonda urinaria
Las sondas urinarias permanentes deben cambiarse cada cierto tiempo, dependiendo del motivo por el que se necesite así como el tipo de sonda. Antes de cambiar la sonda, será necesario acudir al médico, ya que suele ser recomendable realizar un tratamiento con antibióticos.
Es necesario mencionar que lavarse las manos antes y después de manipular una sonda es fundamental. En cuanto al vaciado de la sonda, debe realizarse al menos una vez al día y lavarse a diario. En caso de que la sonda se obstruya por restos de orina o sangre, se le deberá inyectar líquido y extraerlo después para limpiarla.
La bolsa de recolección de la orina debe estar siempre por debajo de la vejiga, y en caso de que el médico indique lo contrario, no existe ningún inconveniente en ducharse con la sonda puesta. Si la sonda presenta alguna anomalía, lo más recomendable es acudir al médico.
Si estás teniendo problemas para orinar últimamente o presentas algunas de las enfermedades mencionadas y no puedes orinar como antes, recuerda que en el Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud de Málaga capital tratamos estas y otras muchas dolencias.